Cómo elegir una papa semilla con alto potencial de rendimiento

Balcarce, 11 de agosto de 2018

Ing. Agr. Francisco Javier Pasqualini, Ing. Agr. Cecilia Crespo, Ing. Agr. Gastón Viani.
Agradecemos la colaboración de la Ing. Agr. Silvia Capezio y el Ing. Agr. Sergio Costantino
en la revisión de este artículo.

La elección de la semilla de papa junto con la del lote son decisiones claves a la hora de planificar el proceso productivo por parte de un productor o asesor técnico, ya que van a definir en gran medida el potencial productivo del cultivo. El uso de una semilla sana y bien conservada optimiza el uso de insumos logrando una emergencia uniforme, buen stand de plantas, un desarrollo del cultivo más vigoroso y resistente a condiciones de stress, mejorando la calidad de la producción y favoreciendo la obtención de altos rendimientos. El primer paso para elegir una semilla de buena calidad es su adquisición en semilleros autorizados que comercialicen semilla fiscalizada. Por otro lado, el uso de una semilla de mala calidad compromete  inmediatamente el rendimiento y la calidad de la producción y ningún manejo ya sea nutricional o sanitario va a ser capaz de compensar esta
decisión.

¿Sobre qué factores nos debemos enfocar para conocer la calidad de la semilla?
  • Condiciones sanitarias
  • Identidad genética
  • Edad fisiológica
  • Uniformidad en el tamaño
1. Condiciones sanitarias

La semilla de calidad debe regenerar una nueva planta sana. La presencia de patógenos como virus, hongos, bacterias o nematodos en la semilla pueden tener un impacto significativo en la emergencia, vigor, calidad y rendimiento del cultivo. Para disminuir los riesgos citados anteriormente, la semilla adquirida debe estar fiscalizada. Además, el comprador tiene la posibilidad de realizar por su cuenta rechequeos con muestreos y análisis de la semilla para evaluar su calidad. Un método para la toma de muestras es elegir 50 bolsas al azar provenientes de un camión, los que comúnmente transportan 27.000 a 28.000 kg, y de cada una de estas bolsas extraer 2 tubérculos. A esta muestra de 100 tubérculos se la puede llevar a laboratorios especializados que analicen el contenido de virus (PVY, PVX, PLRV y TSWV) y nematodos. Además se pueden tomar muestras similares y analizarlas en busca de síntomas de enfermedades tanto en la parte externa como en la interna,  cortándolas para observar el aspecto de la pulpa. También se las puede lavar para observar la presencia de esclerotos de Rhizoctonia solani. En caso de encontrar pudriciones o síntomas de enfermedades se puede determinar su incidencia y severidad. Toda esta información nos va a ayudar en la toma de decisiones a la hora de elegir la semilla.

2. Identidad genética

La semilla de buena calidad debe regenerar plantas que muestren características de la variedad elegida. Durante el análisis de las muestras, en el caso de encontrar tubérculos diferentes a las de la variedad seleccionada, se deben separar y contabilizar. Esto nos va a ayudar a estimar la pureza varietal de la semilla que vamos a plantar.

3. Edad fisiológica

En la papa semilla podemos diferenciar dos tipos de edades: la edad cronológica, la cual se expresa en días, semanas y meses, y la edad fisilógica, la cual se refiere a una serie de cambios a nivel fisiológico que sufren los tubérculos influenciados no solo por el tiempo cronológico, sino también por las condiciones ambientales a las cuales están expuestos. Además de la influencia en el número de brotes, la edad fisiológica puede afectar el patrón de crecimiento del cultivo. Podemos diferenciar distintas fases dentro de la edad fisiológica de un tubérculo. La duración de cada fase depende de la variedad, las condiciones de crecimiento, el estado de madurez a la cosecha y las condiciones de almacenamiento. La exposición de los tubérculos a condiciones que incrementen su metabolismo (estrés durante el ciclo del cultivo que produce la semilla, altas temperaturas de almacenamiento, bajas concentraciones de oxígeno durante el almacenamiento, entre otros), acortan la duración de estas fases. La temperatura de almacenamiento es un factor de gran importancia; el envejecimiento es mayor cuanto mayores son las temperaturas acumuladas.

A continuación, vamos a describir las diferentes fases de la edad fisiológica de un tubérculo:

Edad de reposo o estado de dormición: Es la edad en la que los brotes se encuentran sin actividad. Las semillas recién cosechadas tienen un período de dormición de 2 a 3 meses. La dormición relativa es un período en el cual la brotación no se produce ya que el tubérculo se encuentra a bajas temperaturas (entre 2 a 4°C). No es conveniente la siembra de semillas de esta edad porque alarga el período de siembra a emergencia.

Edad de brotación apical: La semilla muestra solamente el brote apical, el cual es siempre el primero en crecer. Este brote impide la brotación de los otros brotes u “ojos”. No es conveniente su siembra porque regenera plantas que sólo tendrán un tallo. Si vamos a utilizar semilla entera y observamos
estos brotes, conviene removerlos antes de su plantación. En el caso de utilizar cortes, el proceso de cortado induce la brotación de yemas que están por debajo de la zona apical.

Edad de brotación múltiple: En esta edad la semilla muestra más de un brote y estos se observan más allá de la zona apical. Es la edad de semilla más conveniente para su plantación con brotes cortos y fuertes. Las plantas tendrán tallos vigorosos permitiendo alcanzar mayores rendimientos.

Senescencia: En esta edad la semilla ha perdido sus reservas, conociéndose como semilla “envejecida”. No es una semilla de buena calidad ya que produce fallas en el cultivo y genera plantas con tallos débiles, especialmente si se siembra en suelos húmedos y fríos. Si nuestra semilla posee brotes largos y débiles, conviene arrancarlos para favorecer nuevas brotaciones.

Sin embargo, cuando se dispone de un período de crecimiento menor, el uso de semilla fisiológicamente envejecida puede ser provechoso en términos de calidad y rendimiento, ya que el cultivo alcanzará su madurez de forma temprana.

Jóven Vieja
Brotes Pocos Muchos
Emergencia Lenta Rápida
Inicio de tuberización Tardío Temprano
Tubérculos (*) Pocos/grandes Muchos/pequeños
Rendimiento Tardío/relativamente alto Temprano/relativamente bajo

(*) Este factor también esta sujeto a la densidad de plantación.

¿Cómo podemos estimar la edad fisiológica de la semilla que recibimos?

Para tener una idea de la edad fisiológica de los tubérculos-semilla que recibimos o estamos por comprar, podemos realizar un muestreo similar al detallado en el punto 1 y en cada una de estas muestras de 100 tubérculos chequear la turgencia y presencia de brotes. Si notamos que gran parte
de la muestra se siente blanda al tacto estamos en presencia de una semilla envejecida. Además la presencia de brotes, su tamaño y la ubicación de los mismos dentro del tubérculo (es decir si los encontramos sobre la zona aplical o en el resto de la superficie del tubérculo) nos va a brindar información sobre la fase de la edad fisiológica en la que se encuentran los mismos. Cuando la semilla que se encuentra almacenada la notamos firme al tacto y sin presencia de brotes, podemos conocer más sobre su edad fisiológica realizando una prueba de brotación:

A partir de mediados de agosto, cuando sabemos que la semilla probablemente rompió la dormición, tomamos una muestra de 100 tubérculos de forma similar al método de muestreo explicado anteriormente y la colocamos en una habitación oscura y húmeda a temperatura ambiente. Si luego de dos o tres semanas tenemos brotes creciendo desde el ápice, inferimos que es una semilla joven. Por otro lado, si los brotes están creciendo en los dos tercios de la superficie de la papa, entonces estamos ante una semilla más avanzada en su edad fisiológica. En base a estos resultados podemos tomar una decisión de cuando retirarla de las cámaras frigoríficas. Una semilla joven requiere un mayor período de aclimatación previo a la plantación, mientras que en el caso de una semilla envejecida, este período va a ser menor, a los fines de evitar que continúe envejeciendo.

4. Uniformidad en el tamaño

¿Por qué es importante la uniformidad en el tamaño de la semilla?

Porque diferentes investigaciones demostraron que una clasificación por tamaño de la semilla previa a la plantación permite lograr emergencias uniformes y coberturas totales del suelo de forma más temprana frente al uso de semilla no clasificada (Anzini et al.,2001).

Esta clasificación conviene realizarla tanto en plantaciones en las que utilicemos tubérculos enteros, como en el caso que utilicemos cortes. El tamaño del corte va a estar determinado por la variedad y el tamaño del tubérculo semilla, ya que por cada corte vamos a pretender una determinada cantidad de yemas que nos den origen a una determinada cantidad de tallos por corte. Un tubérculo pequeño va a tener mayor concentración de yemas por superficie de semilla que un tubérculo grande de la misma variedad. Por lo tanto, cuanto más grandes sean los tubérculos a cortar, mayor va a ser el tamaño de los cortes y los kg/ha de semilla que vamos a necesitar. Por otro lado, cada variedad presenta diferentes concentraciones de yemas y distribución de las mismas. Por ejemplo, variedades redondas como la Atlantic presentan una menor concentración de yemas por superficie del tubérculo que una Spunta, por lo tanto, los cortes requeridos para una Atlantic van a ser de mayor tamaño frente a los requeridos por una Spunta para lograr la misma cantidad de tallos por corte.

Además, podemos tomar decisiones acordes con el tamaño de la semilla dependiendo de las condiciones ambientales y el período de crecimiento del cual dispongamos para nuestro cultivo. Semillas grandes son convenientes cuando:

Las condiciones de suelo y clima al momento de plantación son desfavorables, como en períodos de sequía o con bajas temperaturas del suelo).

Se busca un ciclo corto (emergencia más temprana).

En las primeras etapas del ciclo hay altas probabilidades de ocurrencia de heladas, sequías o
granizo.

Recordemos que si queremos obtener un buen cultivo debemos elegir una buena semilla. Este es el primer paso de muchos que vamos a dar durante la campaña y la decisión que tomemos a esta altura nos va a acompañar hasta el fin del ciclo productivo.

Bibliografía

  • ANZINI, M., SPERANZA & M. INCHAUSTI, 2001. Estándares de calidad en papa semilla y sus efectos en el rendimiento. Del Campo a la Fábrica 1 (3): 3-7.
  • BEUKEMA, H.P.; VAN DER ZAAG, D.E. Introduction to potato production. 1990. Pudoc, Wageningen, Países Bajos. 208 pp.
  • EZETA, F. N. Producción de Semilla de Papa en Latinoamérica. 2001. Revista Latinoamericana de la Papa. 12:1-14 1.
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